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Hornos del Castillo

Estamos ante de cuatro hornos de pan únicos levantados entre medianeras. Cada uno de ellos aparece constituido por una cavidad que recibe el nombre de capela, que aparece asentada sobre el lar y cubierta por una pequeña cúpula semiesférica de mampostería levantada mediante aproximación de hiladas. Durante el calentamiento y la cocción la boca del horno se mantenía cerrada con una pequeña puerta de madera. Cuando las piedras del interior se volvían blancas con el calor, los panaderos sabían que ya podían hornear el pan, ya que alcanzara la temperatura necesaria. El Catastro del Marqués de la Ensenada de 1753 afirma que en la puebla de Monterrei trabajan once panaderos, aunque sólo cinco ejercen este oficio en exclusiva. Uno de estos panaderos era María Feixóo, la única mujer de Monterrei con oficio reconocido.